EDUARDO GIL MORA |
Por Eduardo Gil Mora / CUSCO
¿Por qué
las cooperativas son vías adecuadas de organización para el desarrollo
sostenible? Porque las cooperativas
integran múltiples objetivos económicos, sociales y ecológicos. Al hablar del desarrollo sostenible, comúnmente se mencionan tres
dimensiones o escenarios de acción: el económico, el social y el ambiental. La
consecuencia es que no se puede hablar justificadamente de sostenibilidad
cuando alguna de estas tres dimensiones esté descuidada. Dado que las cooperativas promueven la
cooperación y la acción colectiva, brindan una vía organizativa para abordar
los intereses colectivos socio ecológicos. Esta es una contribución clave para
el desarrollo sostenible. Las cooperativas ayudan a construir comunidades sostenibles
que son un objetivo del desarrollo sostenible y un ingrediente decisivo para la implementación
de sistemas sostenibles de producción y consumo.
El desarrollo sostenible requiere capital
social, un concepto que usan algunos analistas para referirse a redes y
relaciones de trabajo positivas, y a condiciones sociales tales como la
confianza común y la buena voluntad, que son centrales para el desarrollo
sostenible porque generan el contexto necesario para mejorar los estándares de
vida sin depender exclusivamente de mayores niveles de consumo privado.
Cuando funcionan bien, las cooperativas
reproducen y expanden el capital social, lo cual a su vez contribuye con el
éxito de otros proyectos. Las cooperativas cumplen una función integradora y
estabilizadora, fomentan la creación de alianzas y coaliciones y pueden ayudar
a reducir la desigualdad social.
De este modo, las cooperativas prestan servicios
sociales a las economías regionales prácticamente en el mismo sentido en que
algunas actividades, por ejemplo, la agricultura, pueden proporcionar servicios
ambientales.
Las cooperativas son vehículos útiles para atender
los intereses colectivos a largo plazo. También prestan un
servicio económico al ayudar a estabilizar las economías regionales, y al crear
un clima favorable para la inversión de parte de individuos, empresas y organismos
estatales. Las cooperativas tienden a sobrevivir a muchas empresas privadas, y
su presencia en las áreas rurales ayuda a estabilizar a esas economías que
normalmente son las más vulnerables.
Las cooperativas reducen la desigualdad y promueven
una participación equitativa en los costos y los beneficios del desarrollo
sostenible. El uso sostenible de los recursos usualmente no es compatible con la
existencia de desigualdades sociales y económicas graves. De hecho, algunos
defienden que tales condiciones sociales
nunca podrían calificar como desarrollo
sostenible.
Las cooperativas ayudan a reducir la
desigualdad; además, la distribución equitativa de costos y beneficios inducen
a reducir las inequidades. Como vehículos de empresas compartidas o colectivas,
las cooperativas pueden convertirse en propuestas útiles para lograr estos
tipos de justicia eco económica.
Las cooperativas pueden promover la democracia
económica y el empoderamiento de los grupos marginados, lo cual es un hecho distintivo
del desarrollo sostenible y una condición previa para compartir la
responsabilidad.
La integración social y la
acción de equidad y justicia a grupos marginados mediante organizaciones cooperativas
y la acción cooperativa son contrapesos muy necesarios a los procesos de
exclusión y explotación. En sí mismo, esto representa un paso hacia una
sociedad sostenible, pero también está relacionado con el uso ecológicamente
sostenible de los recursos naturales.
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